Descripción
Las personas bondadosas viven más tiempo, tienen más éxito en sus vidas y son más felices que el resto. En otras palabras, están destinadas a vivir de una manera mucho más interesante y satisfactoria que quienes carecen de esta cualidad…
Sin embargo, la eficacia y la rentabilidad priman hoy por encima de la bondad; las relaciones humanas son cada vez más apresuradas e impersonales. Todo ello tiene un grave coste que se manifiesta como ansiedad, depresión… En este libro sencillo e inspirador, Piero Ferrucci insiste en que, en este momento crucial de la humanidad, la bondad no es un lujo sino una necesidad y, página a página, nos enseña a descubrir sus dones. Porque ser bondadoso con los demás es hacerse, también, un inmenso regalo a uno mismo.
Plantéatelo por un momento: cuando somos amables y nos abrimos a los demás, nos sentimos mejor y gozamos de buena salud. En cambio, si cultivamos pensamientos hostiles o arrastramos resentimientos nuestro estado general empeora. ¿Y eso por qué? Porque «estamos diseñados» para ser bondadosos, lo somos por naturaleza. Sin embargo… a menudo nos envenenamos con celos y envidia, nos quejamos de no tener lo que queremos… ¿Cómo es posible albergar sentimientos de bondad cuando constantemente te asaltan emociones y pensamientos negativos que dificultan la relación con los demás? En este libro apasionante, Piero Ferrucci nos enseña que la bondad está constituida por una serie de cualidades que interactúan entre sí: proximidad, confianza, paciencia, lealtad, generosidad, gratitud, alegría… Recurriendo a su experiencia como psicoterapeuta, el autor nos ofrece su guía para cultivar cada una de estas actitudes y comportamientos que eliminarán miedo y hostilidades, y ayudarán a florecer nuestra verdadera naturaleza. A través de su consejo y de sus inspiradores ejemplos, descubriremos que la bondad otorga sentido a nuestra vida, nos eleva por encima de nuestros problemas y nos hace experimentar un inmenso bienestar. Dice la tradición espiritual que en cada ser humano está contenido todo el universo. De ser así, la bondad de una sola persona, la tuya, puede cambiar el mundo. ¿No vale la pena intentarlo?