Descripción
Convertirse en un genio no era solo el destino de Ludwig van Beethoven (1770-1827), sino su única alternativa para escapar de una vida que parecía condenarlo al fracaso y a la miseria, como hijo de un padre alcohólico y de una madre tuberculosa, rodeado de hermanos mediocres. Sus dones eran brillantes; su voluntad, inquebrantable: con ellos, escapó del papel de niño prodigio que quiso imponerle su padre y logró brillar con luz propia. Como compositor joven, siguió las huellas de Mozart y Haydn. Como hombre maduro, sus obras eran de una audacia y una fuerza que asombraban a sus contemporáneos. En el crepúsculo de su vida, escribió partituras de una asombrosa profundidad, que anunciaron y prepararon el camino de la música para los siglos venideros. Atormentado por amores imposibles, por el terror a una enfermedad misteriosa y por la sordera que lo aislaba de la sociedad, aunque nunca dejó de componer, su apasionante vida, desarrollada en plena expansión del Romanticismo, permanece eterna como un hito en la historia de la música, que se divide en un antes y un después de Beethoven.