Descripción
Cuando estuve al frente del Museo de Arte Moderno de México realicé un análisis crítico de su vocación, incluyendo una revisión historiográfica de lo que habían sido sus programas de exposiciones temporales. Para mi sorpresa, descubrí que durante los años setenta había sostenido una muy activa relación con otras instituciones museísticas latinoamericanas y, como resultado de ello, en su acervo se reflejaba la presencia de artistas cuya obra provenía de Argentina, Brasil, Cuba, Venezuela y otras naciones del continente.