Descripción
Podemos seguir los pasos de una persona por la calle, podemos ver cómo trabaja en una oficina, cómo se distrae los sábados por la tarde con sus amigos, pero no podemos ver la vida de su pensamiento, la vitalidad de sus sentimientos, las difíciles mutaciones interiores, las vivencias del yo, la existencia de los recuerdos, el crecimiento intangible del yo. Todo ello escapa a la mirada externa y es lo que cuenta. Esta vida íntima, este movimiento que no se percibe con los ojos exteriores es, propiamente, la vida interior. Solo si se conoce esta vitalidad oculta, se conoce a la persona.