Descripción
Junto a su poesía, es el humor del gran estilo de Hijastros del diminutivo y claro nos recuerda desde Demócrito –El filósofo risueño que Platón detestaba– y luego a Giambastista Vico que se atrevió a contradecir a Descartes. Perdomo Orellana muestra que la poesía nos acerca a lo que pasa, un más allá de lo visto, y nos lleva al misterio de lo que cuestiona. La música en su escrito recuerda el intento de captar el embrujo de la vida. Ahí están perfectas, todas las armonías buscadas por Giorgio Agamben.