Descripción
En su poemario Donde el infinito parece empezar, Ana Raquel desarrolla una astronomía de la cotidianidad. Explora así la fuerza de gravitación experimentada por el cuerpo, el paso del tiempo en dimensiones cósmicas y sus rupturas moleculares hechas rutina, Al mismo tiempo nos plantea una meteorología de la ausencia y una demografía de los pensamientos gestados a medianoche, producto de un contexto como el guatemalteco, este país a la mitad del olvido.
Estos poemas expresan una fe secular en los vínculos y los afectos, en la posibilidad de reconciliarse con los demonios e, incluso, en la resurrección.