Descripción
Cuando llegó el fin del mundo, aquellos que vivían en la Cúpula estaban a salvo. En el interior de su mundo de cristal, los Puros continuaron viviendo, sin marcas, sin deformaciones, mientras que los de fuera, libraban una batalla diaria por la supervivencia entre el humo y las cenizas. Tras el secuestro de una joven miserable y después de limpiarla de todas sus fusiones e imperfecciones, la chica solo es capaz de repetir una y otra vez el último mensaje de la Cúpula: Queremos que se nos devuelva a nuestro hijo. Esta chica es la prueba de que podemos salvaros a todos. Si os negáis a escuchar nuestra petición, mataremos a nuestros rehenes. Uno por uno.