Descripción
Annie Rigg traslada su pasión por los caprichos dulces a su cocina y sus recetas: unos alimentos que le proporcionan placer, ya que una hora dedicada a los malvaviscos o la elaboración de turrón es, para ella, un tiempo bien empleado.
Descubrirá cómo aumenta su popularidad entre amigos y familiares, y su aprecio será aún mayor cuando prueben el fruto de su trabajo; al fin y al cabo, los dulces caseros son para regalarlos y compartirlos. Sin duda, no pertenecen a un grupo de alimentos esenciales ni se incluyen en las cinco comidas diarias (¡más bien al contrario!), pero hacen que la vida sea más sabrosa.
La mayoría de las recetas de este libro pueden elaborarse como regalo o para una ocasión especial, pero eso no significa que no pueda preparar turrón de caramelo y avellana para divertirse, palomitas saladas para ver una película o rollitos de fruta para la merienda de los niños.