Descripción
La psicóloga Susan David descubrió que, más que la inteligencia o creatividad, es la forma en que gestionamos nuestro mundo interior -nuestros pensamientos y emociones- lo que determina que alcancemos nuestros objetivos. La agilidad emocional nos enseña a enfrentar las emociones y los pensamientos difíciles con valentía y a superarlos para sacar lo mejor de uno mismo.