Descripción
Los seres humanos se asemejan a dichosos árboles que crecen junto a ríos refrescantes, plantados en arboledas protectoras. Todo está a su alcance, nada temen; la vida es grata y segura. No obstante, algunos «arbolitos» desean aquello que no les corresponde. Dejándose llevar por meras palabras, han llegado a creer que se pierden de algo, cuando en realidad lo tienen todo. Debido al anhelo egoísta o al capricho, pierden de vista lo más importante: el amor que se les brinda. ¿Puede un árbol volar cómo los pájaros? Algunos han tenido que experimentar angustia para saberlo. Felizmente, siempre hay esperanza.